Louis Althusser (Birmandreis, Argelia, 1918-París, 1990) impuso una nueva forma de leer a Marx. Hasta sus primeros escritos, a mediados de los sesenta, el marxismo dominante era el marxismo-leninismo que veía a Marx como el pensador de la nueva historia, vista como la historia de la lucha de clases que debía llevar al socialismo, primero, y a la sociedad comunista, más tarde. La formación del pensamiento de Karl Marx invertía a Hegel y Feuerbach; la filosofía marxista se expresaba en las supuestas leyes del materialismo dialéctico, mucho más capaz de dar cuenta de la realidad que la "ciencia burguesa". Althusser rompe con esto y señala en Marx dos fases: el joven Marx (incluye, sobre todo, los Manuscritos) llega hasta 1845, y el Marx maduro, el de El capital. En medio, una fase de transición en la que se produce el "corte epistemológico" que lleva a Marx a romper con Hegel.
Marx, afirma Althusser, descubre un nuevo continente teórico: la historia, aunque no elaboró el aparato conceptual de la nueva ciencia; esa labor que ha quedado para los pensadores marxistas, sostiene. Una afirmación suya en un texto dedicado a polemizar con el marxista inglés John Lewis resume sus ideas: "La historia es un proceso sin sujeto ni fines". Es decir: el futuro no está escrito y depende de la voluntad activa de los hombres agrupados por intereses de clase.
La producción material es la que se encarga de los bienes. La producción teórica es la que produce el conocimiento. Una actividad autónoma, al margen de la lucha de clases. Louis Althusser murió en 1990, recluido en un centro mental, tras haber matado una década antes a su esposa, Hélène Rytmann. Muy poco después de su muerte apareció El porvenir es largo. Las principales obras de Althusser son La revolución teórica de Marx y Para leer el capital, en colaboración con algunos de sus discípulos.
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