El leonés Marcos Diéguez publica 'Littera y logos', un retablo con los personajes más relevantes del pensamiento mundial y la literatura española contados en 81 poemas.
Hay otra forma de dar a conocer la historia de la literatura y de la filosofía: en verso. Así piensa el leonés Marcos Diéguez Cuevas, quien acaba de publicar Littera y logos (ediciones Arte & Parte), un libro en el que este paramés que ejerció la docencia en varios centros de enseñanza de León y otras poblaciones caracteriza, define y glosa a 81 personajes e hitos relevantes de la literatura española y del pensamiento universal.
Diéguez explica que escribió el libro «impulsado por un deseo de síntesis y de higiene verbal», para conseguir acomodar «contenidos académicos» «en los moldes rígidos de un soneto», y todo ello «sin renunciar al tamiz estético propio de toda composición poética». El autor también ha comentado que tanto Littera (el capítulo correspondiente a la historia literaria del país) como Logos (el que se refiere a la evolución del pensamiento humano) «son fruto de largos años de docencia en distintos institutos de enseñanza secundaria españoles», y cree que el volumen podría constituir una valiosa herramienta «como complemento de la enseñanza secundaria de estas dos asignaturas en lengua española».
Y así, Marcos Diéguez ha tratado, en cada uno de estos 81 sonetos, de «recoger la esencia de los personajes y su obra con el máximo rigor científico y conceptual, unido a una disciplina de síntesis tan valiosa y necesaria en la labor docente de hoy en día». Pero además, por otro lado, los sonetos cuentan con su propia dimensión estética, de ahí que también pueden subsistir «como piezas poemáticas independientes», opina Diéguez.
Desde el Cantar del Mío Cid a Pablo Neruda pasando por Quevedo, Lope de Vega, Bécquer, Lorca o Blas de Otero, en la primera parte; a Pitágoras, Sócrates, Santo Tomás, Hobbes, Kant, Hegel, Marx, Sartre, Ortega o Unamuno, en la segunda; la obra resume y traslada a lenguaje literario, de manera novedosa, aportaciones singulares a los campos de la creación y el conocimiento.
Precisión y claridad. Bernardino González Pérez, activo colaborador del suplemento literario del Diario, Filandón , ha escrito que «destaca especialmente en esta obra la sobriedad expresiva, el uso de palabras exactas, precisas y significativas, integrando periodos oracionales cortos, de sintaxis sencilla». «La forma métrica utilizada, la concisión expresiva de buena parte de estos poemas, el recato en el uso de recursos retóricos, recuerda la idea del lenguaje poético que Juan Ramón Jiménez resumía así, en 1922: 'Sencillo. Lo conseguido con menos elementos; es decir, lo neto, lo apuntando, lo sintético, lo justo'».
Por ejemplo, para retratar a Quevedo usa el profesor y escritor las siguientes palabras: «Aquí es donde la musa, intransigente,/ prolonga su ejercicio lapidario,/ nos propone su escéptico inventario/ de verdades, con verbo prominente». Y lo propio hace con Miguel Hernández usando estos términos: «Un viento de cadenas ha secado/ tu precaria simiente mal tendida/ tu inconclusa esperanza poco hundida/ en el surco doliente de tu arado». La entrada dedicada a San Agustín comienza así: «Alguien dijo: No existe la verdad./ Tú dijiste: Si es cierto que no existe,/ existe al menos la verdad que siento/ del ser y del pensar y del querer».
Marcos Diéguez Cuevas nació en la localidad leonesa de Valdesandinas en el año 1944. Es licenciado en Filología Germánica por la Universidad Complutense de Madrid y hasta la fecha de su jubilación ejerció de profesor de Alemán, Literatura y Filosofía en los institutos José María Usandizaga, de San Sebastián; Goya, de Zaragoza y Padre Isla, de León. En su anterior obra publicada, Mil palabras (editorial Cultiva Libros, 2010), Marcos Diéguez repasa e interpreta, de manera harto personal y lírica, y usando asimismo el soneto, una serie de obras maestras de la pintura.
Vía: diariodeleon.es
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