miércoles, 18 de mayo de 2011

Slavoj Zizek: homosexualidad y etnicidad




por: Rosario Aquím Chávez

El filósofo esloveno, Slavoj Zizek, uno de los más importantes seguidores de Jacques Lacan y candidato a la presidencia de su país en 1990, está en Bolivia. Fue invitado por la Vicepresidencia como parte del Ciclo de Seminarios “Pensando el Mundo desde Bolivia”.


Zizek es un pensador que ha reflexionado sobre distintos campos del conocimiento. Sus trabajos van de la filosofía al psicoanálisis, de la sociología a la comunicación, de la economía a la política. Se ha interesado sobre todo en el análisis de lo que él llama, el mundo postmoderno, postpolítico o postideológico, reivindicando en sus descripciones el papel de la ideología, de la política, de la historia.


Para Zizek, el nuestro es un tiempo permisivo, en el cual, las instituciones dominantes han expropiado todo, hasta las transgresiones, ante la vista y paciencia de todos. El gran Otro lacaniano, en este contexto se ha convertido en la encarnación, no sólo de las normas simbólicas explícitas que regulan las interacciones sociales, sino también de aquellas normas no escritas o implícitas. Vivimos en el mundo sin sustancia de la sociedad postpolítica, en el cual la realidad se ha degradado en la simulación, en la `virtualización’ o digitalización del espacio social y cultural. Es un mundo artificial, que administra personas, con la misma superficialidad con que administra cosas. Asistimos, según Zizek, a una ‘virtualización’ del vacío. Una seducción entre mercados y medios de comunicación, que sustituyen la realidad por ensoñaciones que actualizan fantasmas y miedos, pero también inventan utopías. Una sociedad que cultiva el victimismo, para permitir el control, a través del goce utópico del futuro. En esta sociedad postpolítica, las ideologías no se explicitan. Los rasgos de pluralidad, no son otra cosa que distintos estilos de vida, sujetos a las modas, por los ciclos del mercado.


Para Zizek, se trata de un tiempo de ‘autocolonialismo’, impulsado por las corporaciones globales, que han reemplazado a las viejas potencias coloniales y al Estado-Nación, protegidas por la débil filosofía del liberalismo-tolerante y del multiculturalismo.


La presencia homosexual, al igual que la étnica-poscolonial, en este marco, no son otra cosa, según Zizek, que transgresiones fomentadas y expropiadas por el poder hegemónico, a partir de una norma implícita: la relación entre duelo y melancolía, que caracteriza a la doxa predominante, que se considera a sí misma, como una transgresión subversiva. Al respecto, Zizek dice que Freud opuso el duelo “normal” a la melancolía “patológica”, afirmando la primacía de la melancolía.

“...en el proceso de pérdida hay siempre un resto que no puede ser integrado mediante el trabajo del duelo, y la fidelidad fundamental es la fidelidad a ese resto. El duelo es una suerte de traición, el “matar por segunda vez” al objeto (perdido), mientras que el sujeto melancólico mantiene su fidelidad al objeto perdido, negándose a renunciar a su unión con él”. 1

De ahí que, para Zizek, una de las versiones para entender la homosexualidad, sea ésta que tiene que ver con el duelo y la melancolía. Los homosexuales, mantienen su fidelidad a la identificación perdida/reprimida con el objeto libidinal del mismo sexo. Lo mismo ocurre cuando los grupos étnicos ingresan en la modernidad capitalista. Ante la amenaza de la pérdida de su legado cultural y el duelo que ello implica, optan por conservar una vinculación melancólica a sus raíces perdidas.


La rehabilitación de la melancolía, sin embargo, entraña un “cinismo objetivo”, ya que para Zizek: el mantener el lazo melancólico con el objeto libidinal perdido (en el caso de lo homosexual) o con el objeto étnico perdido (en el caso de la cultura), permite afirmar nuestra (apariencia de) fidelidad a la identificación con el objeto libidinal o con las antiguas raíces, por un lado; y, por otro, seguir siendo parte de la nueva cultura capitalista global. Dicho Enlacede otro modo, la melancolía, nos permite sobrevivir en un mundo global, resistiéndonos a la superación simbólica de nuestras pérdidas.

1 Zizek Slavoj: ¿Quién dijo totalitarismo? Cinco intervenciones sobre el (mal) uso de una noción. Pre - Textos. Valencia, 2002


Vía: La época

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