martes, 10 de mayo de 2011

Filósofa dominicana Lusitania Martínez: “Ser libre es salirse del mundo de la doble moral“





Por Maribel Núñez

Santo Domingo, RD.- “Ser libre es salirse del mundo de la doble moral y que tanto hombres como mujeres sean, de acuerdo a su historia y lugar en el mundo, la medida de las cosas y en ese contexto y las reglas del juego claras, los unos y los otros tratemos de ser felices y compasivos, en soledad o acompañados…”

Esta entrevista nace de la motivación creada después de participar en varias conferencias con la filósofa, destacada investigadora y reconocida intelectual dominicana, Lusitania F. Martínez Jiménez, pionera no sólo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), sino en la República Dominicana, en los estudios de las reflexiones sobre filosofía existencialista.

Es doctorada en filosofía en la Universidad Complutense de Madrid (1972). Escritora, con libros como Filosofía Dominicana: Pasado y Presente”, 2009, publicado por el Archivo General de la Nación. Les dejo pues, con la mujer que viste tanta rebeldía y transgresión como la que vistió, en su momento y guardando las distancias, Simone de Beauvoir.

—En los últimos meses usted ha estado muy activa, conversando sobre Simone Beauvoir a quien las feministas y filósofas del mundo, celebraron en el 2008, los 100 años de su natalicio. Haciendo una extrapolación de la Francia del 1949, año en que esta filósofa existencialista presentó «El segundo sexo», libro que, además de las muchas ediciones y traducciones, también provocó profundas transformaciones sociales en las sociedades occidentales, ¿cómo siente que se reciben los enunciados de la Beauvoir en la sociedad dominicana del siglo XXI.

—Una buena parte de las mujeres del país, por años, han mostrado simpatías por Simone. Las razones son varias, pero hay una que prevalece: admiración por su valentía en admitir en su vida personal, acordar una relación necesaria y leal, seria y profunda con Sartre, pero compartida con amores contingentes, muy a pesar de que ella era, supongo, un ser humano como somos todos los seres humanos, posesivos, orgullosos, inseguros en el amor, etc. Es una relación, yo diría que en esos términos radicales de autenticidad, única en la historia humana.

—¿Sigue siendo usted una existencialista atea a cabalidad?

—Soy y seré existencialista y pese a que soy y seré existencialista (¿qué persona inteligente no se pregunta por el sentido de la existencia y de la libertad?), nunca he vivido, he podido, ni sentido el amor como una existencialista, al menos, como una sartreana. Conozco la teoría del deseo y del amor en Sartre y Simone, por temperamento me atrae el desamor de los personajes sartreanos, acepto a plenitud el planteamiento de la fragilidad de los sentimientos en este mundo diseñado para la incomunicación, pero, contrario a mi elección filosófica, soy una mujer desafortunadamente sentimental.

—Mirando un video sobre Sartre en You Tube observé que se refieren a Beauvoir de esta manera: “Sartre conoció a una muchacha que sería una de las más importantes ensayistas y narradoras de Francia”. ¿Por qué piensa que todavía no se refieren a Simone como la mujer filósofa, la que también hizo filosofía y que con sus teorías se cambiaron paradigmas en el campo filosófico en cuanto a la categorización de la mujer? ¿Por qué ni siquiera aparece en los diccionarios filosóficos?, ¿Qué piensa se debe hacer para cambiar esa realidad?

—La filosofía es un terreno de los hombres, porque es el área del conocimiento de mayor prestigio, incluso más que el área de la ciencia, debido a su origen milenario, y por su ambición de poseer el universal, es decir, la interrogante lapidaria sobre el sentido de la totalidad. Y tú sabes que la mujer ha sido, bíblica y culturalmente separada del logos, de la palabra. Según mi lectura de ellos, Sartre y Simone nunca compitieron, eran buenos amigos y Simone la principal interlocutora intelectual para él. Desde su juventud los dos discutían sobre cada concepto y planteamiento que más tarde entrarían en el universo existencialista; luego Simone no fue la “Dama Sartreana” ni fue “Musa del existencialismo”, como es definida en los diccionarios filosóficos, fue co-creadora del existencialismo francés ateo. Sería largo explicarte aquí las conceptualizaciones y las categorías que en conversación con Sartre, aportó Simone a la teoría de la libertad sartreana; y recuerda que casi toda su fama se debe al hecho de haber aplicado la teoría del existencialismo a la condición de la mujer, resumida en el slogan que ha recorrido el mundo, “La mujer no nace, se hace”. El segundo sexo fue una monstruosa investigación multidisciplinaria fundamentada también en otras corrientes teóricas, como las de Hegel, Marx y Freud.

—El 8 de marzo del 2008 se inauguró la Cátedra Simone de Beauvoir en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, nos podría hablar del camino recorrido para lograrla y qué tanto influirá en la creación de un nuevo pensamiento hacia la concepción de género entre los académicos universitarios y los estudiantes y cómo podría influir este cambio en la sociedad dominicana?

—La Cátedra Extracurricular “Filosofía y Género” Simone de Beauvoir, que pertenece a la Escuela de Filosofía de la UASD, fue propuesta en uno de los muchos talleres que hemos realizado las mujeres que pertenecemos al equipo sostén del Convenio de Género, entre el Ministerio de la Mujer y la Universidad Autónoma de Santo Domingo. La Cátedra, aprobada por resolución por el Consejo Universitario, es una muestra concreta de la intención que tiene el Convenio mencionado, en crear las condiciones para transversalizar los planes de estudios desde el enfoque de la relación entre hombres y mujeres. Y, en ese sentido, el objetivo central de la Cátedra, es gradualmente, desarrollar actividades para ir analizando con estudiantes y profesores, los discursos filosóficos que se enseñan en el colegio, y detectar lo que las especialistas feministas denominan como el “subtexto genérico” oculto en ellos. El enfoque de género pues, pone bajo su lupa a los filósofos de la antigüedad, a los ilustrados, a los actuales pensadores, a la galería entera de estudiosos de la filosofía, y su propuesta no es una nueva historia de la filosofía per se, sino una filosofía que des oculte, critique (de construya) y se apegue a la verdad, respecto a la relación de poder que está asentada en las piezas teóricas de los filósofos, las cuales identifican a la mujer con naturaleza y con “lo otro” , secundario e inmanente. Luego, el enfoque de género que la Cátedra “Filosofía y Género” Simone de Beauvoir, pretende introducir en el pensamiento filosófico, lo que quiere demostrar centralmente, es, que el universal pretendido por la filosofía es falso, puesto que la filosofía es androcéntrica, es decir, refiere al hombre como medida de todas las cosas identificándolo con la humanidad.

Transformar a la filosofía en este sentido es al final, devolverle su verdadero status de universalidad, de ser expresión “de la autoconciencia de la especie”, es el fin de la heterodesignación de lo femenino (la mujer designada y definida por los hombres en el contenido de los conocimientos y discursos filosóficos) pues permitirá que las mujeres pasen a ocupar junto a los hombres en la producción de conocimiento, en la vida práctica y cotidiana, un lugar de dignidad que les permita auto designarse como un ser humano capaz intelectual y emocionalmente.

—Analicemos la situación de la mujer dominicana y cómo se ha ido agudizando el problema de la prostitución, en el sentido de que hoy mujeres que son estudiantes, mujeres que son profesionales, ejercen la prostitución como su modo vivendi y es tan generalizado en la sociedad “el que tú tienes que buscarte un hombre que te ayude”, para mí es una manera de prostitución. Encontramos mujeres que hoy han tomado el feminismo para andar desnudas en la calle, podemos mencionar cómo las feministas en tiempos atrás se quitaron los sostenes “para decir mi cuerpo es mío nadie me lo dirige”, ¿Qué está pasando hoy día? ¿Qué tan libres son las mujeres? ¿Se dirigen ellas, o la dirige el gran capital, los diseñadores, son ellos los que pautan la vida de las mujeres? Un diseñador decidió que las mujeres debían andar con las caderas al desnudo y hoy no se consigue un pantalón que las cubra. Le reitero, ¿qué tan libres son las mujeres en el día de hoy y para qué estamos usando el feminismo?

Si te fijas, en los medios, parecería que todo está diseñado para que las mujeres (y los hombres) se prostituyan, se exhiban, proliferan abierta y subliminalmente los símbolos sexuales, pues el sexo se ha convertido en el centro, prolifera para ser normalizado, como dice Foucault, estimulado por una asqueante e insoportable promoción de la ingesta de alcohol y música que induce a la violencia contra la mujer; esta parafernalia parecería necesaria para alcanzar el paraíso (junto a los senos, como dice la novela). Y claro, ser joven, blanca y con un cuerpo escultural es la consigna; de modo que la belleza y estar “verdaderamente actualizado”, nada tiene que ver con las personas que han pasado de los 30 años, que no toma alcohol. La mayoría de los anuncios a mí me asquean, porque prácticamente en ellos las mujeres somos las que aparecemos casi desnudas al lado de un efecto de consumo (carro, tarjeta), factores sensibles en la vida de mujeres y hombres pobres que no estudian, y que son invitados y seducidos al consumo y a la vida fácil y “buena” no importa si es a través de la prostitución.

—¿Somos libres, el feminismo nos ha hecho libres? ¿Qué pasó con el feminismo y qué tan libres son las mujeres de hoy día?

—Volveríamos con la filosofía, pero mejor hablemos con claridad pedagógica. ¿Qué es ser libre? Para mí es poder accesar como un ser humano inteligente y digno a las mismas oportunidades de que disfrutan los hombres en la esfera pública y privada sin que se me encasille culturalmente, obligándome a situarme en las tareas de la esfera privada, alejada de los conocimientos. Esto implica que puedo designarme, que soy responsable de mi vida en todos los sentidos, sin que por esto falte al respeto, la lealtad y la solidaridad y ejercicio de la verdad, necesarios en la convivencia con la pareja y los demás seres que me rodean, y de que soy merecedora de la misma lealtad, solidaridad y verdad de parte de las personas que me aman. Por ello ser libre es salirse del mundo de la doble moral y que tanto hombres como mujeres sean, de acuerdo a su historia y lugar en el mundo, la medida de las cosas y en ese contexto y las reglas del juego claras, los unos y los otros tratemos de ser felices y compasivos, en soledad o acompañados, religiosos o ateos, viejos o jóvenes, siempre buscando auto conocernos para transformarnos y dar un giro más humano al mundo, construyendo consensualmente la igualdad y la aceptación de la diferencia.

El feminismo nos ha hecho más libres pero también más atareadas y a los hombres parecería que los ha hecho menos responsables. Estamos siendo relativamente más respetadas, pero también estamos más solas y más temidas, menos apoyadas en la cotidianidad. En esta sociedad en transición hacia nuevos valores de igualdad, aparecen muchos malentendidos y confusiones: las jóvenes se sienten más libres de apoyar a sus compañeros, incluso económicamente si es necesario; los hombres se benefician de las demandas de igualdad, lo que no pocas veces genera un oportunismo masculino muy grande en las parejas actuales.

La libertad es un ejercicio muy difícil, porque el poder está oculto en toda la red de la relación personal y social. Yo diría que hay que estar vigilantes para poder construir esa libertad personal que deseamos y que hace menos difícil la comunicación con los otros y la realización de nuestro ser. | MARIBEL NÚÑEZ, periodista dominicana.

Vía: lanaciondominicana.com

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