Desde el siglo XIX hasta mediados del XX, de las dos dimensiones (espacio y tiempo) en que se desarrolla nuestra vida, la filosofía puso su atención en el tiempo. Pero a partir de los años 50 comenzó a ganar el interés filosófico la otra dimensión: el espacio.
En este breve volumen se han reunido diferentes textos del autor de Las palabras y las cosas: dos conferencias emitidas por radio en 1966, otra conferencia pronunciada en 1967 en un círculo de estudios de arquitectura, una entrevista de marzo de 1982 y una presentación del autor y de los temas aquí tratados hecha por Daniel Defert. Lo que vincula estos textos es el tratamiento, precisamente, del tema del espacio. La primera conferencia se refiere al cuerpo como "el lugar irremediable al que estoy condenado" (pág. 8). La necesidad de borrar el cuerpo es lo que habría hecho nacer las utopías, ya que para Foucault la utopía es "un lugar fuera de todos los lugares", un espacio fuera de todos los espacios conocidos. Así se dieron la utopía de los mundos perfectos, la del reino de los muertos, la del alma, etc.
En los otros escritos se habla de "las heterotopías". Pensando en Bachelard y su Poética del espacio, Foucault denomina heterotopías, por ejemplo, a esos espacios encantados como son para los niños los desvanes, el fondo del jardín, la cama de los padres, es decir utopías localizadas, espacios diferentes que son la impugnación de los espacios que normalmente habitamos. Según el autor, esos espacios merecerían un estudio que debería llamarse "heterotopología", "una suerte de descripción sistemática… de esos espacios diferentes". Este aspecto de la obra de Foucault es el que despertó gran interés entre arquitectos. Es que en la arquitectura hay que tener en cuenta no sólo el espacio matemático, vacío, geométrico, sino también el espacio vivido e interpretado, fruto de la necesidad, la afectividad y la imaginación de los hombres.
Como todo lo de este autor, este libro breve es interesante y sugerente. Pero no puedo dejar de comparar el estilo, a veces inútilmente rebuscado de Foucault, con el estilo limpio de otro pensador que, en los mismos años en que se originaron estos ensayos, publicó su obra Hombre y espacio. Me refiero a Otto Friedrich Bollnow, poco conocido entre nosotros.
Vía: lagaceta.com
En este breve volumen se han reunido diferentes textos del autor de Las palabras y las cosas: dos conferencias emitidas por radio en 1966, otra conferencia pronunciada en 1967 en un círculo de estudios de arquitectura, una entrevista de marzo de 1982 y una presentación del autor y de los temas aquí tratados hecha por Daniel Defert. Lo que vincula estos textos es el tratamiento, precisamente, del tema del espacio. La primera conferencia se refiere al cuerpo como "el lugar irremediable al que estoy condenado" (pág. 8). La necesidad de borrar el cuerpo es lo que habría hecho nacer las utopías, ya que para Foucault la utopía es "un lugar fuera de todos los lugares", un espacio fuera de todos los espacios conocidos. Así se dieron la utopía de los mundos perfectos, la del reino de los muertos, la del alma, etc.
En los otros escritos se habla de "las heterotopías". Pensando en Bachelard y su Poética del espacio, Foucault denomina heterotopías, por ejemplo, a esos espacios encantados como son para los niños los desvanes, el fondo del jardín, la cama de los padres, es decir utopías localizadas, espacios diferentes que son la impugnación de los espacios que normalmente habitamos. Según el autor, esos espacios merecerían un estudio que debería llamarse "heterotopología", "una suerte de descripción sistemática… de esos espacios diferentes". Este aspecto de la obra de Foucault es el que despertó gran interés entre arquitectos. Es que en la arquitectura hay que tener en cuenta no sólo el espacio matemático, vacío, geométrico, sino también el espacio vivido e interpretado, fruto de la necesidad, la afectividad y la imaginación de los hombres.
Como todo lo de este autor, este libro breve es interesante y sugerente. Pero no puedo dejar de comparar el estilo, a veces inútilmente rebuscado de Foucault, con el estilo limpio de otro pensador que, en los mismos años en que se originaron estos ensayos, publicó su obra Hombre y espacio. Me refiero a Otto Friedrich Bollnow, poco conocido entre nosotros.
Vía: lagaceta.com
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