La história de Baruch de Spinoza, un pensador respetado y estudiado por judíos y no judíos, adelantado a su época.
Por Raquel Goldschmidt
Hoy se estudia a Baruch de Spinoza, dentro de las aulas judías y no judías, por haber sido uno de los más importantes filósofos. Spinoza, nació en Amsterdam el 24 de noviembre de 1632, en el seno de una familia judía ortodoxa; sus ancestros habían sido expulsados de Portugal durante la Inquisición. Recibió una profunda instrucción sobre Toráh, Talmud, hebreo, filosofía y literatura judía, historia política, religiosa y crítica del judaísmo y hasta cábala. Desde muy pequeño, se replanteaba lo enseñado; por momentos sus sugerencias se hacían muy incómodas y varias de las respuestas que le daban no le satisfacían, por lo que poco a poco se fue rebelando.
Con el paso del tiempo sus discrepancias con los maestros y la comunidad, crecían y se fue apartando del ambiente sinagogal y del cumplimiento de la legislación judaica; se hizo de un círculo de amistades de ideas libres y pronto fue acusado de tener ideas heréticas y execrables, lo que la comunidad judía confirmó al leer sus obras posteriores en las que planteaba temas como que la Biblia fue escrita por un hombre y no por Dios, o que no existe la inmortalidad del alma, lo que también agredía las teorías cristianas. A esto hay que agregarle que a la edad de 15 años, fue impactado personalmente con el episodio de Uriel Acosta, un judío educado católico en Portugal y llegado a Amsterdam a quien se le practicó la circuncisión, ingresando a la comunidad judía. Más tarde, desilusionado de su nueva fe, pues no reconocía la persistencia del alma, regresó al catolicismo, pero finalmente resolvió que su verdadera línea era el judaísmo. La comunidad, para verificar la veracidad de su retorno, le impuso antes un castigo que consistía en la confesión pública de sus errores y recibir 39 latigazos. Esto estremeció a Spinoza en su tierna adolescencia, dejándole una huella imborrable.
“Amigos” de Spinoza le acusaron de hereje formalmente ante la comunidad, motivo por el cual se le realizó un juicio en el que se presentaron como testigos, todos quienes lo habían acusado de hereje. Ante esta situación, uno de los miembros del tribunal quiso defenderlo ofreciéndole una gran suma de dinero para que retirara sus puntos de vista “herejes”, pero Spinoza lo rechazó alegando que sería hipócrita al aceptar dicha oferta. Uno de los maestros de Spinoza intentó disuadirlo advirtiéndole a lo que se enfrentaba si no cambiaba de opinión, pero respondió que no solamente sabía a lo que debía enfrentarse sino que además le enseñaría al rabino cómo debía excomulgarle a cambio de la molestia que se había tomado al enseñarle la lengua hebrea. La osadía de su ofrecimiento se refería al modo de pronunciación del hebreo contemporáneo, que no correspondía al de la época del origen de la lengua hebraica.
Se puede deducir fácilmente, que para aquella época, Baruch Spinoza hizo todo lo posible para ser excomulgado de la comunidad judía, hoy también se consideraría que la comunidad se excedió en sus deberes religiosos, probablemente hoy un Baruch Spinoza sería considerado como un “tamid Jajam” –se refiere a la erudición en el estudio de la Toráh- hasta en círculos ortodoxos. En aquél ambiente y aquella época era considerado motivo de excomunión leer a Maimónides, a Ibn Ezrah y a los filósofos de la España morisca, quienes habían difundido la idea panteísta de la presencia de Dios en todas las cosas y de todas las cosas en Dios. La Filosofía de Spinoza se había adelantado varios cientos de años.
El 27 de julio de 1656 (cuando tenía 24 años), se leyó el humillante veredicto de excomunión de Baruch Spinoza, ceremonia a la cual no asistió y en la se le maldecía y expulsaba de la comunidad, pidiéndole a Dios no fuera perdonado. Nadie de la comunidad podía volver a tener ningún contacto con él, ni siquiera su familia, tal como si estuviese muerto.
Spinoza abandonó Amsterdam, considerándose a sí mismo como un hombre completamente libre; “ciudadano de una república libre y no miembro de alguna comunidad”, al respecto escribió: “Dado que tenemos la buena fortuna de vivir en una comunidad en la que la libertad de juicio está plenamente garantizada al ciudadano individual, que puede rendir culto a Dios como le plazca y en la que nada es tenido en mayor estima ni como más valioso que la libertad, creo que no emprendo una tarea ingrata o infructuosa al demostrar que esta libertad no solamente puede garantizarse sin poner en peligro la piedad y la paz de la comunidad, sino que la paz de la comunidad y la piedad dependen de esta libertad”.
Fue el originador del panteísmo moderno, -Teoría filosófica en la cual, el universo, la naturaleza y Dios, son lo mismo- plantea el racionalismo en base a la filosofía de Descartes. Murió de tuberculosis en 1677 a los 65 años.
Apartes de la filosofía de Spinoza
-“Todo cuanto es, es en Dios y sin Dios nada puede ser ni concebirse” (Ética, I, XV).
-“Todo está en Dios y el Ser supremo no se confunde ni con el mundo ni con la totalidad de sus modos”.
-“Dios es la Naturaleza, la Naturaleza es un Todo, una sola substancia. Las cosas no son sino partes "inmanentes" del Todo”.
-“La imaginación es toda forma de conocimiento que, dependiendo del propio cuerpo (en cuanto que sufre la acción de otros cuerpos exteriores) de modo tal que solo permita conocer la naturaleza de un modo parcial (fragmentado)”. Toda clase de ilusiones proceden de la imaginación:
a. Errores teleológicos: creer que el mundo está al servicio del hombre.
b. Errores axiológicos: creer que nociones como "belleza" y "fealdad", "mal" y "bien" permiten conocer la Naturaleza.
c. Errores antropológicos: creer que el hombre mismo es una substancia. Si el hombre fuera "substancia", el mundo estaría hecho para él y consecuentemente las cosas serían buenas o malas de acuerdo a si estas le convienen o no.
La pasión surge también de la imaginación y esclaviza al hombre. El amor, la tristeza, la alegría o el odio, lo dominan y lo convierten en esclavo de sus pasiones, sometiéndolo al curso del Universo.
-“La idea verdadera es la idea adecuada”.
-“El orden y la conexión de las ideas es lo mismo que el orden y la conexión de las cosas” (Ética demostrada según el orden geométrico).
-“Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita”.
-“Dios es la causa inmanente y no transeúnte, de todas las cosas”.
-“Los hombres se engañan al creerse libres; y el motivo de esta opinión es que tienen conciencia de sus acciones, pero ignoran las causas por que son determinadas; por tanto, lo que constituye su idea de libertad, es que no conocen causa alguna de sus acciones”.
-“Demostré que nadie está obligado, según el derecho natural, a vivir a gusto de otro, sino que cada uno es protector nato de su propia libertad”.
-“Quizá alguien piense, sin embargo, que de este modo convertimos a los súbditos en esclavos, por creer que es esclavo quien obra por una orden y libre quien vive a su antojo. Pero esto está muy lejos de ser verdad, ya que, en realidad, quien es llevado por sus apetitos y es incapaz de ver ni hacer nada que le sea útil, es esclavo al máximo; y sólo es libre aquel que vive con sinceridad bajo la sola guía de la razón. La acción realizada por un mandato, es decir; la obediencia suprime de algún modo la libertad; pero no es la obediencia, sino el fin de la acción, lo que hace a uno esclavo. Si el fin de la acción no es la utilidad del mismo agente, sino del que manda, entonces el agente es esclavo e inútil para sí”.
Vía: radiojai.com.ar
Con el paso del tiempo sus discrepancias con los maestros y la comunidad, crecían y se fue apartando del ambiente sinagogal y del cumplimiento de la legislación judaica; se hizo de un círculo de amistades de ideas libres y pronto fue acusado de tener ideas heréticas y execrables, lo que la comunidad judía confirmó al leer sus obras posteriores en las que planteaba temas como que la Biblia fue escrita por un hombre y no por Dios, o que no existe la inmortalidad del alma, lo que también agredía las teorías cristianas. A esto hay que agregarle que a la edad de 15 años, fue impactado personalmente con el episodio de Uriel Acosta, un judío educado católico en Portugal y llegado a Amsterdam a quien se le practicó la circuncisión, ingresando a la comunidad judía. Más tarde, desilusionado de su nueva fe, pues no reconocía la persistencia del alma, regresó al catolicismo, pero finalmente resolvió que su verdadera línea era el judaísmo. La comunidad, para verificar la veracidad de su retorno, le impuso antes un castigo que consistía en la confesión pública de sus errores y recibir 39 latigazos. Esto estremeció a Spinoza en su tierna adolescencia, dejándole una huella imborrable.
“Amigos” de Spinoza le acusaron de hereje formalmente ante la comunidad, motivo por el cual se le realizó un juicio en el que se presentaron como testigos, todos quienes lo habían acusado de hereje. Ante esta situación, uno de los miembros del tribunal quiso defenderlo ofreciéndole una gran suma de dinero para que retirara sus puntos de vista “herejes”, pero Spinoza lo rechazó alegando que sería hipócrita al aceptar dicha oferta. Uno de los maestros de Spinoza intentó disuadirlo advirtiéndole a lo que se enfrentaba si no cambiaba de opinión, pero respondió que no solamente sabía a lo que debía enfrentarse sino que además le enseñaría al rabino cómo debía excomulgarle a cambio de la molestia que se había tomado al enseñarle la lengua hebrea. La osadía de su ofrecimiento se refería al modo de pronunciación del hebreo contemporáneo, que no correspondía al de la época del origen de la lengua hebraica.
Se puede deducir fácilmente, que para aquella época, Baruch Spinoza hizo todo lo posible para ser excomulgado de la comunidad judía, hoy también se consideraría que la comunidad se excedió en sus deberes religiosos, probablemente hoy un Baruch Spinoza sería considerado como un “tamid Jajam” –se refiere a la erudición en el estudio de la Toráh- hasta en círculos ortodoxos. En aquél ambiente y aquella época era considerado motivo de excomunión leer a Maimónides, a Ibn Ezrah y a los filósofos de la España morisca, quienes habían difundido la idea panteísta de la presencia de Dios en todas las cosas y de todas las cosas en Dios. La Filosofía de Spinoza se había adelantado varios cientos de años.
El 27 de julio de 1656 (cuando tenía 24 años), se leyó el humillante veredicto de excomunión de Baruch Spinoza, ceremonia a la cual no asistió y en la se le maldecía y expulsaba de la comunidad, pidiéndole a Dios no fuera perdonado. Nadie de la comunidad podía volver a tener ningún contacto con él, ni siquiera su familia, tal como si estuviese muerto.
Spinoza abandonó Amsterdam, considerándose a sí mismo como un hombre completamente libre; “ciudadano de una república libre y no miembro de alguna comunidad”, al respecto escribió: “Dado que tenemos la buena fortuna de vivir en una comunidad en la que la libertad de juicio está plenamente garantizada al ciudadano individual, que puede rendir culto a Dios como le plazca y en la que nada es tenido en mayor estima ni como más valioso que la libertad, creo que no emprendo una tarea ingrata o infructuosa al demostrar que esta libertad no solamente puede garantizarse sin poner en peligro la piedad y la paz de la comunidad, sino que la paz de la comunidad y la piedad dependen de esta libertad”.
Fue el originador del panteísmo moderno, -Teoría filosófica en la cual, el universo, la naturaleza y Dios, son lo mismo- plantea el racionalismo en base a la filosofía de Descartes. Murió de tuberculosis en 1677 a los 65 años.
Apartes de la filosofía de Spinoza
-“Todo cuanto es, es en Dios y sin Dios nada puede ser ni concebirse” (Ética, I, XV).
-“Todo está en Dios y el Ser supremo no se confunde ni con el mundo ni con la totalidad de sus modos”.
-“Dios es la Naturaleza, la Naturaleza es un Todo, una sola substancia. Las cosas no son sino partes "inmanentes" del Todo”.
-“La imaginación es toda forma de conocimiento que, dependiendo del propio cuerpo (en cuanto que sufre la acción de otros cuerpos exteriores) de modo tal que solo permita conocer la naturaleza de un modo parcial (fragmentado)”. Toda clase de ilusiones proceden de la imaginación:
a. Errores teleológicos: creer que el mundo está al servicio del hombre.
b. Errores axiológicos: creer que nociones como "belleza" y "fealdad", "mal" y "bien" permiten conocer la Naturaleza.
c. Errores antropológicos: creer que el hombre mismo es una substancia. Si el hombre fuera "substancia", el mundo estaría hecho para él y consecuentemente las cosas serían buenas o malas de acuerdo a si estas le convienen o no.
La pasión surge también de la imaginación y esclaviza al hombre. El amor, la tristeza, la alegría o el odio, lo dominan y lo convierten en esclavo de sus pasiones, sometiéndolo al curso del Universo.
-“La idea verdadera es la idea adecuada”.
-“El orden y la conexión de las ideas es lo mismo que el orden y la conexión de las cosas” (Ética demostrada según el orden geométrico).
-“Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita”.
-“Dios es la causa inmanente y no transeúnte, de todas las cosas”.
-“Los hombres se engañan al creerse libres; y el motivo de esta opinión es que tienen conciencia de sus acciones, pero ignoran las causas por que son determinadas; por tanto, lo que constituye su idea de libertad, es que no conocen causa alguna de sus acciones”.
-“Demostré que nadie está obligado, según el derecho natural, a vivir a gusto de otro, sino que cada uno es protector nato de su propia libertad”.
-“Quizá alguien piense, sin embargo, que de este modo convertimos a los súbditos en esclavos, por creer que es esclavo quien obra por una orden y libre quien vive a su antojo. Pero esto está muy lejos de ser verdad, ya que, en realidad, quien es llevado por sus apetitos y es incapaz de ver ni hacer nada que le sea útil, es esclavo al máximo; y sólo es libre aquel que vive con sinceridad bajo la sola guía de la razón. La acción realizada por un mandato, es decir; la obediencia suprime de algún modo la libertad; pero no es la obediencia, sino el fin de la acción, lo que hace a uno esclavo. Si el fin de la acción no es la utilidad del mismo agente, sino del que manda, entonces el agente es esclavo e inútil para sí”.
Vía: radiojai.com.ar
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