martes, 12 de julio de 2011

Mauricio Beuchot, un filósofo al servicio de su gente



Torreón, Coahuila.- Sencillo,simpático, norteño...”un filósofo al servicio de su gente”, según Edgar Salinas.

Así es el torreonense Mauricio Beuchot Puente, profesor de la UIA México y de la UNAM .

Horas antes de recibir un homenaje del Ayuntamiento de Torreón por su fructífera labor, el maestro concedió una entrevista para este medio.

Usted es miembro de Agrupaciones filosóficas muy importantes en América, profesor de filosofía desde 1976, autor de muchos libros acerca la filosofía al diálgo sobre temas contemporáneos, coordina el Centro de Estudios Clásicos en la Facultad de Filosofía de la UNAM, fundó el Seminario sobre Hermenéutica en la misma casa de Estudios, ¿cómo hace para no perder piso?, ¿para no perderse en la abstracción?

Aquí nací y pasé mi infancia y parte de mi adolescencia, el desierto nos foguea, las circunstancias tan difíciles del medio nos hacen ser solidarios, si te pierdes en cualquier carretera, te acercas a una casa y la gente te orienta y casi te quieren llevar a tu destino...eso no lo olvido, no he perdido esa esencia, en el DF dicen que sigo igual, “rancherote”.

¿Cómo llega a la docencia y a la investigación?

Primero fuí a San Luis Potosí, de ahí al DF, donde continué mis estudios de filosofía, luego dí clases en la UIA México y de ahí pasé a la UNAM en 1979, donde he dado clases, investigado, escrito, dictado conferencias, organizado congresos sobre filología, estudios clásicos y hermenéutica. Me gusta dar clases, investigar y escribir.

¿Cómo se genera un escrito en la vida de un filósofo?

Bueno, por ejemplo, mi amigo el escritor Gabriel Zaid tiene un grupo llamado “Chesterton”, se reúnen cada mes más o menos y me invitan, de pronto me dice en sus reuniones “nos debes un escrito sobre estética”... entonces me pongo a escribir ese texto.

¿Cuál es el tema actual de la filosofía en México?

Estamos coordinando un encuentro de filósofos en el norte de México, el tema que necesita reflexión ahorita es la violencia, la filosofía y la violencia. Luego está el tema de entender lo que dicen, piensan, escriben los otros, ahí interviene la hermenéutica como herramienta conceptual, esto es importante hoy, porque hemos visto que nadie entiende a nadie.

¿El filófoso se ha perdido ser parte de la sociedad actual?

A veces se especializa tanto en un tema que se pierde en la abstracción.

En varias instituciones nos hemos cuestionado la necesidad de que el filósofo sea parte de su sociedad, hemos contactado a filósofos de Tampico, de Ciudad Juárez, Monterrey del DF... porque sabemos que urge una reflexión a todos los niveles sobre filosofía y violencia, tenemos que dialogar sobre los factores sociales, económicos, psicológicos, sociológicos, antropológicos y políticos de la violencia.

¿Entonces el filófoso no se relega voluntariamente?

Es que son muchos factores, pero corremos el riesgo de vivir una sociedad especializada en todo aquello que deje dinero, y la filosofía es vista como una disciplina humanística que no hace tanta falta.

La filosofía se ha refugiado en la cátedra, en la academia...¿Usted qué piensa de ello?

Hay que sacar a la filosofía de la Universidad, motivar a los muchachos a que se sientan atraídos por problemas reales, urgentes y candentes, a que se manifiesten en mesas redondas, congresos, en reuniones diversas, escriban, reflexionen sobre la urgencia de participar la post- modernidad.

¿Y qué hacen ante grupos de adolescentes que estudian filosofía, ética?

Bueno, yo escribo textos que sean útiles, que motiven a los jóvenes a dialogar, prefiero escritos que sean entendibles por los lectores y que no se pierdan en abstracciones.


Vía: Milenio.com

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